
Lo peor de Stellantis no son sus motores PureTech: han quemado 3.300 millones de euros en desarrollos que nunca verán la luz
Hay veces que es mejor parar, recapitular y, en el peor de los casos, tirar todo el trabajo a la basura. Porque hay ocasiones en las que es mejor tirar el trabajo a la basura que seguir adelante y seguir esforzándose en un proyecto condenado al fracaso. Eso es lo que se debió concluir en el seno de Stellantis el año pasado. Y a la misma conclusión se ha llegado este año.
El resultado: 3.300 millones de euros perdidos en desarrollos que nunca verán la luz.
A la basura. Hace unas semanas, Stellantis publicaba los resultados de su primera mitad de 2025. La cifra más llamativa fue, sin ninguna duda, la pérdida de 2.300 millones de euros. Una cifra que es todavía mucho más llamativa si tenemos en cuenta que el año pasado, en el mismo periodo, se arrojó un beneficio de 5.647 millones.
La cifra se explica por los aranceles que la compañía ha tenido que enfrentar en Estados Unidos y por un descenso en las ventas. La facturación ha caído más de un 12%, explicado por una caída de las ventas del 6% en Europa (con algunos coches por revisar, como el Citroën C3) pero, sobre todo, de un 25% en Estados Unidos donde tenían un enorme stock de coches acumulado en los concesionarios.
Pero, sobre todo, se explica por un dinero que ha ido, directamente, a la basura.
El hidrógeno. Con la presentación de los resultados también se confirmó la cancelación de los planes de Stellantis relacionados con el hidrógeno. En su cuenta de resultados se atribuía al desempeño de esta partida unas pérdidas de 733 millones de euros en la primera mitad de 2025.
Esa cifra estaba construida con las inversiones en Symbio, una empresa conjunta con Michelin y Forvia para la producción de furgonetas movidas por hidrógeno. La planta productora se llevó más de 300 millones de euros que no han terminado en ningún sitio.
Sin embargo, se calcula que las pérdidas de Stellantis relacionadas directamente con las inversiones en hidrógeno han sido mucho mayores y alcanzan unos 1.800 millones de euros. Hay que tener en cuenta que Stellantis montó, por ejemplo, un programa para reconvertir furgonetas eléctricas en versiones de hidrógeno.
Maserati. Pero el hidrógeno, que parecía una inversión a futuro para tomar posiciones, parece casi el menor de los problemas cuando se observa qué está pasado con la compañía italiana de vehículos de lujo.
El Maserati MC20 apenas se está vendiendo y la compañía ha cancelado los planes para desarrollar una versión completamente eléctrica. El resultado es que en la primera mitad de 2025 han perdido 552 millones de euros. Pero el problema es otro. El problema está en 2024 cuando 1.500 millones de euros se fueron al desagüe.
China no es el camino. El gran punto negro es que en 2024 Stellantis tenía entre manos la producción de versiones eléctricas del Maserati Quattroporte y Levante. La idea era vender esos coches, principalmente, en China donde el coche eléctrico está triunfando pero el proceso se paralizó a última hora. El resultado se deja ver en su cuenta de resultados: 1.500 millones de euros perdidos en el desarrollo de estos coches.
Ante los malos resultados de las compañías extranjeras en China, alguien decidió que era mejor echar el freno y asumir las pérdidas antes de que el resultado fuera todavía peor de lo reflejado. La intención era que estas versiones eléctricas se produjeran en Mirafiori (Turín) por lo que las inversiones en personal y maquinaria ya estaban hechas. Al menos, había que tratar de parchear el asunto.
La última pieza del dominó. Esa obligación de hacer «algo» con la planta de Mirafiori fue aprovechado por Stellantis para tratar de impulsar las ventas del Fiat 500. A la versión eléctrica se le ha sumado el gasto obligado para modificar la plataforma del vehículo ya que el coche nació como un vehículo puramente eléctrico.
Este último dinero no está reflejado explícitamente en las cuentas de Stellantis pero es indudable que ha tenido que suponer otra piedra en el camino aunque se haya adjudicado al resto de partidas de inversiones ya que, al contrario que coches como el Peugeot 3008 (nacido para albergar todo tipo de tecnologías), el Fiat 500e nació como un coche sin versiones de combustión en el horizonte.
Este último gasto, de hecho, parece haber sido suficiente para que Stellantis no cometa el mismo error con el Peugeot 208 y piense, desde el inicio, en montar el coche en una plataforma multienergía y, de esta manera, no tener que dar marcha atrás en el proyecto. Incluso aunque éste no hubiera nacido previa pérdida de 1.500 millones de euros con Maserati.
Foto | Maserati y Stellantis
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Lo peor de Stellantis no son sus motores PureTech: han quemado 3.300 millones de euros en desarrollos que nunca verán la luz
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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